viernes, 23 de enero de 2009

Aún




Aún hay gente que al viento lo llama ausencia
gente que a lo cebolla le dice poema
Y a los poemas, locura
Aún hay gente que canta a la Luna
¡yo le canto a los suburbios de la luna!
A los niños inquietos de la luna
A los ríos de leche de la luna
Pero aún hay gente que se espanta,
Se muere de espanto si una mujer se pone los zapatos
Para pisar con fuerza el barro
Se asustan porque somos libres
Aunque Dios no exista somos libres
¡Y nos quemamos y no importan las llamas!
Y sangramos y que importan las llagas
Porque compondremos vivencias reales
Fugaces, absurdas pero reales
Y al hablar no gritamos
Porque en los versos
No hablamos de lo que siempre se habla en los versos:
La basura, la boca, la vergüenza
¿quién dice que en los versos no hay pájaros?
¿que son los gritos si no aves malheridas?
¡Los poetas aman la sangre!
La sangre manando en una botella de delirios
No a la sangre derramada por ahí
Ni la sangre derrochada por odios baratos
Por los jueces
Por los que hacen la guerra
Yo amo la sangre derramada del cuerpo
La sangre feliz que ríe en las venas
A la sangre que baila cuando damos un beso.
A lo fresco
A lo puro
¡Yo estoy hasta el orto de cuentos!
¡ojalá aprendan los muertos que el viento es el viento!
Y que cuando se ama se ama
que darle colores al odio es perder el tiempo

¡y que vivir reprimidos es el peor comportamiento!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

los muertos se dedican a olvidar

Elena dijo...

los muertos de adentro!!!!!!!!!!!!!!!!! que andan rondando por ahí